Cómo están.

Finalmente, el número del Miércoles terminó publicado el día Jueves. Cosas que pasan.

Pero algo más importante está pasando con Carabineros. Porque, a raíz de las últimas protestas en contra de megaproyecto HidroAysén, que en su mayoría han terminado en desórdenes, violencia y daño hacia la propiedad privada y pública (por parte de unos pocos delincuentes infiltrados, seguramente, que siempre andan atentos a estas ocasiones para sembrar el caos); los «amigos en nuestro camino» se han visto obligados a utilizar bombas lacrimógenas para dispersar a los malandrines. Y como siempre, pagan justos por pecadores: la gran mayoría sufre los efectos de estas bombas disuasivas o caen presos por salir arrancando, mientras una buena parte de los causantes se salva, muertos de la risa.

Aparentemente, uno de estos «justos» pagó las consecuencias de los «pecadores» en una protesta en la Universidad de Concepción, impactando en su ojo una bomba lacrimógena lanzada por Carabineros. De milagro no ha perdido la visión.

La ciudadanía y algunos políticos han calificado este actuar como desmedido y han pedido que se suspenda el uso de bombas lacrimógenas. El Gobierno ha escuchado este llamado y ha suspendido su uso.

Para mí, como simple ciudadano independiente (no participo ni simpatizo con ningún partido político) me parece mal. Comprendo que la gente que no ha hecho nada reclame contra las bombas lacrimógenas, yo haría lo mismo, más aún si fui la víctima directa de una de ellas. Pero no por eso se va a impedir a Carabineros que mantenga el orden. A lo mejor han usado las bombas lacrimógenas de manera exagerada (o antes de tiempo), pero igual de exagerada es la medida de prohibirles su uso. Y peor, porque se les da la razón a los delincuentes. En países del primer mundo esto no estaría ocuriendo. Recordemos que por mucho menos a jugadores de nuestra selección de fútbol se les aplicó electroshcok y golpes varios para calmar sus ánimos en un campeonato en Canadá.

No es que me guste que Carabineros actúe así, pero es que no nos andemos quejando después que ellos no hacen nada o que la justicia no funciona si les quitamos las herramientas para que actúen.

Ojalá lo ocurrido en Concepción se investigue bien, se corrijan los errores, los ánimos se calmen y todo vuelva  a la normalidad.

Próxima Actualización: Viernes 20 de Mayo.

El Amo del Perro.

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