Luego de 2 aburridas horas de lectura del fallo, el tribunal de La Haya emitió su sentencia ante la demanda peruana contra Chile sobre límites marítimos. Salimos bastante bien parados, considerando lo que pretendía obtener Perú. Nuestra soberanía no se tocó y perdimos una esquinita de mar, según dicen, sin muchos pescaditos adentro, por lo que la actividad pesquera también se vio resguardada. Ambos países se sintieron ganadores.

Bastante ridículo fue ver a chilenos y peruanos comunes y corrientes manifestándose a favor de sus países, muchos de ellos reconociendo, en cámara, que no entendían mucho lo que se estaba resolviendo en el Tribunal Internacional. O sea, puro nacionalismo barato. El extremo fue un grupo de neonazis chilenos. Sin comentarios. 

Ahora a seguir cada país en lo suyo y todos felices. 

Hasta la próxima.

El Amo del Perro.

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