Chuata, chuata. Casi 3 meses sin una publicación como la gente. Este mismo número está listo hace un par de semanas, pero no lo había publicado entre de flojo y falta de tiempo y olvidadizo.
El caso Penta había acaparado toda la atención más o menos desde agosto a fin de año. Pero en febrero estalló Caval, la empresa de la nuera de la Presidenta, haciendo el negocio del año en lo que a todas luces es un tráfico de influencias para conseguir un préstamo que cualquiera soñaría. Para qué vamos a entrar en detalles de algo por todos conocido.
Como guinda de la torta, y quizás lo que más ha dañado la fe pública junto a Penta, es el caso Soquimich, donde se ha descubierto que políticos de todos los colores acudieron a esta empresa a través de asesores, cercanos o parientes que emitían boletas falsas para financiar sus campañas políticas.
Los políticos por el suelo. Nadie les cree nada. Que se vayan todos, dicen algunos. Hasta aparecen voces dentro del mismo oficialismo que se inclinan por la idea de elecciones parlamentarias anticipadas.
Tocaron fondo. O quizás no y todavía pueden caer más bajo. Ya lo veremos.
Mientras, que sientan la vergüenza. Si es que tienen.
El Amo del Perro.
Clic para agrandar.
Deja una respuesta