Un año atrás veíamos cómo todo se desmoronaba. No solo las cosas, sino también (y sobre todo) la moral, las buenas costumbres, la decencia, la solidaridad y el sentido común. Se levantaban entonces el egoísmo, el pillaje, el engaño y la barbarie. El miedo más allá del desastre. El recuerdo fresco de esa situación surreal nos mantiene tristes y reflexivos. Frágiles, trizados. Porque aunque nuestras calles, edificio, casas y nosotros mismos estemos llenos de parches, las heridas aún no han cicatrizado. De ahí el número de hoy.
Que estén bien.
PD: A propósito de este primer aniversario del terremoto, pueden revivir lo que escribí acerca de lo vivido en el siguiente link: http://www.guaucomic.cl/?p=2120
Próxima Actualización: debido a constantes viajes no he podido retomar el training para mantener al perro en constante actualización. ¡Ni siquiera lo hemos visto de vacaciones! Espero hacerlo pronto.
El Amo del Perro.